Cuando regresaba de un encuentro
realizado en Moscú, y mientras se encontraba en vuelo, la comitiva integrada
por Morales fue notificada de la decisión adoptada por los cuatro gobiernos
europeos, que forzaron el desvío y posterior aterrizaje en Viena.
“Un país tiene derecho a la
soberanía sobre su espacio aéreo, no tiene que dar ninguna explicación”, sostuvo
el ex vicecanciller Andrés Cisneros. Y agregó que un gobierno local no tiene
autoridad para ingresar sin permiso en la nave cuando aterriza en su
territorio, algo con lo que se especuló que sucedería para determinar si el
topo norteamericano Edward Snowden se escondía efectivamente allí.
El ex canciller Dante Caputo opinó
que “lo que hicieron está en el marco de las leyes, pero fuera de la más
elemental cortesía diplomática”. Tras señalar que “también es una buena excusa
para la exageración de parte de algunos gobiernos latinoamericanos”, señaló que
“denegar el ingreso aéreo es medio pesado, y denegárselo a un presidente es
rarísimo”.
Fuente: La
Nación, de 4/7/13.