martes, 16 de julio de 2013

El Tribunal Fiscal convalidó la condonación de deudas de Aerolíneas

El Tribunal Fiscal confirmó la condonación de deudas de Aerolíneas Argentinas y Austral con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por un monto de 48,5 millones de pesos. La decisión surge de aplicar el artículo 72 de la ley de presupuesto y corresponde a dos reclamos por algo más de 2,1 millones de pesos y 46,3 millones de pesos, respectivamente, referidos a faltan en el cobro del IVA en las operaciones de Aerolíneas con Sabre, proveedora de su sistema informático de reservas. Mientras Clarín estima que los subsidios a la compañía rondarán 7,5 millones de pesos diarios durante el segundo semestre de este año, La Nación sostiene en un editorial que Aerolíneas “extiende su déficit más allá de subsidios, perdones y del abuso de su posición monopólica”.
En una nota donde se refiere a lo resuelto por el Tribunal, La Nación recuerda que, cuando en octubre último trascendió que el Gobierno impulsaría la condonación de deudas fiscales de Aerolíneas, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, precisó que ese beneficio abarcaría las deudas por IVA, impuesto a la ganancia mínima presunta y todas las cuotas pendientes de moratorias fiscales o de la seguridad social, con sus intereses (resarcitorios y punitorios), más multas y demás sanciones aplicables. “Aerolíneas es una empresa estratégica del Estado, en un país donde se necesita sostener la conectividad, y la decisión ha sido en ese sentido”, había dicho Echegaray.
En un reciente anuncio público, refiere La Nación, Aerolíneas anticipó que había reducido en 30% su pedido de asistencia al Estado “para financiar los gastos corrientes del segundo semestre de este año”, como consecuencia de “los mejores resultados obtenidos”. Ahora, agrega, esa condonación permitiría reducir el déficit, que suma 10,9 millones de pesos por día según las últimas cifras conocidas.
Clarín, por su parte, recoge declaraciones a Radio Nacional del titular de Aerolíneas, Mariano Recalde, en las que explica que la compañía paga Ganancias, IVA, cargas sociales de sus trabajadores y tasas de aeropuerto que equivalen a la mitad de las partidas que recibe todos los meses para su sostenimiento. “Podríamos decir que el Estado pone la mitad de lo que aparece como transferencia”, razonó Recalde, quien argumentó que el objetivo de Aerolíneas es “ser una empresa rentable en lo social” y que “hay veinte destinos a los si no fuera Aerolíneas quedarían aislados”.
Luego de mencionar el mencionado recorte de 30% en las partidas, el mismo diario precisa que Aerolíneas había recibido en el segundo semestre del año pasado subsidios del Tesoro por 1.974 millones de pesos. Con esa reducción, sumarían 1.382 millones de pesos, equivalentes a poco más de 7,5 millones por día. Aun así, concluye, el déficit de 2013 llegará a 3.330 millones de pesos, “casi el mismo que en 2011 y equivalente a nueve millones de pesos por día”.
En el mencionado editorial, La Nación comienza afirmando que, “en manos estatales, la aerolínea de bandera no ha hecho más que perder siderales sumas de dinero, aun a pesar de los constantes subsidios y ventajas de todo tipo y, como acaba de ocurrir, de una abultada condonación de su deuda con la AFIP”.
Tras recordar que la compañía no ha presentado balances anuales en 2009, 2010, 2011 y 2012, afirma que de tal manera no se conoce en qué rutas pierde dinero ni si en el sistema de cabotaje las rutas no rentables son tales. Y añade que desde su estatización en 2008 las pérdidas fueron de 3.324 millones de dólares, “más que los 3230 millones acumulados entre 1991 y 2008”.
La Nación refuta el argumento de “la tan mentada conectividad” y asegura que “salvo Termas de Río Hondo, no se agregó ningún destino a la red de vuelos domésticos”. Cuestiona también el desempeño de la compañía en las rutas internacionales. Dice, por ejemplo que, según datos del último trimestre de 2012, cada pasajero que vuela a Miami o Cancún le cuesta al Estado casi 2.200 pesos; a Europa, alrededor de 3.400, y a Sidney, unos 5.000 pesos.
“Donde menos dinero pierde es en el cabotaje, porque puede “defenderse” de la competencia prohibiendo su crecimiento y hostigándola de mil maneras. Un caso claro es lo que ha venido sucediendo con LAN. Sus pasajeros no sólo han sufrido demoras en la carga y descarga de equipajes, sino que tampoco suelen disponer de la seguridad, comodidad y celeridad del servicio de mangas. A tal punto ha llegado ese embate que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) —que pareciera manejada desde AA— le ha prohibido traer más aviones, es decir, le impide invertir, competir y generar más puestos de trabajo en nuestro país”, sostiene el diario.
Y concluye: “Según el Gobierno, Aerolíneas pierde porque vuela a todos los destinos, incluidos los poco rentables. Sin embargo, sus rutas más complicadas son las internacionales, mientras que, en el mercado doméstico, el problema radica donde tiene competencia, pues cuando vuela sola o casi sin competidores, le va mejor, como ya se dijo, a expensas de un monopolio que ahuyenta, proscribe y compite deslealmente con las otras líneas aéreas”.
 
Fuentes: La Nación, de 9/7/13, Clarín, de 13/7/13, y La Nación, de 14/7/13.