En una nota donde se refiere a lo
resuelto por el Tribunal, La Nación
recuerda que, cuando en octubre último trascendió que el Gobierno impulsaría la
condonación de deudas fiscales de Aerolíneas, el titular de la AFIP, Ricardo
Echegaray, precisó que ese beneficio abarcaría las deudas por IVA, impuesto a
la ganancia mínima presunta y todas las cuotas pendientes de moratorias
fiscales o de la seguridad social, con sus intereses (resarcitorios y
punitorios), más multas y demás sanciones aplicables. “Aerolíneas es una
empresa estratégica del Estado, en un país donde se necesita sostener la
conectividad, y la decisión ha sido en ese sentido”, había dicho Echegaray.
En un reciente anuncio público,
refiere La Nación, Aerolíneas
anticipó que había reducido en 30% su pedido de asistencia al Estado “para financiar
los gastos corrientes del segundo semestre de este año”, como consecuencia de
“los mejores resultados obtenidos”. Ahora, agrega, esa condonación permitiría
reducir el déficit, que suma 10,9 millones de pesos por día según las últimas
cifras conocidas.
Clarín, por su
parte, recoge declaraciones a Radio Nacional del titular de Aerolíneas, Mariano
Recalde, en las que explica que la compañía paga Ganancias, IVA, cargas
sociales de sus trabajadores y tasas de aeropuerto que equivalen a la mitad de
las partidas que recibe todos los meses para su sostenimiento. “Podríamos decir
que el Estado pone la mitad de lo que aparece como transferencia”, razonó
Recalde, quien argumentó que el objetivo de Aerolíneas es “ser una empresa
rentable en lo social” y que “hay veinte destinos a los si no fuera Aerolíneas
quedarían aislados”.
Luego de mencionar el mencionado
recorte de 30% en las partidas, el mismo diario precisa que Aerolíneas había
recibido en el segundo semestre del año pasado subsidios del Tesoro por 1.974
millones de pesos. Con esa reducción, sumarían 1.382 millones de pesos,
equivalentes a poco más de 7,5 millones por día. Aun así, concluye, el déficit
de 2013 llegará a 3.330 millones de pesos, “casi el mismo que en 2011 y
equivalente a nueve millones de pesos por día”.
En el mencionado editorial, La Nación comienza afirmando que, “en
manos estatales, la aerolínea de bandera no ha hecho más que perder siderales
sumas de dinero, aun a pesar de los constantes subsidios y ventajas de todo
tipo y, como acaba de ocurrir, de una abultada condonación de su deuda con la
AFIP”.
Tras recordar que la compañía no
ha presentado balances anuales en 2009, 2010, 2011 y 2012, afirma que de tal
manera no se conoce en qué rutas pierde dinero ni si en el sistema de cabotaje
las rutas no rentables son tales. Y añade que desde su estatización en 2008 las
pérdidas fueron de 3.324 millones de dólares, “más que los 3230 millones
acumulados entre 1991 y 2008”.
La
Nación
refuta el argumento de “la tan mentada conectividad” y asegura que “salvo
Termas de Río Hondo, no se agregó ningún destino a la red de vuelos domésticos”.
Cuestiona también el desempeño de la compañía en las rutas internacionales. Dice,
por ejemplo que, según datos del último trimestre de 2012, cada pasajero que
vuela a Miami o Cancún le cuesta al Estado casi 2.200 pesos; a Europa,
alrededor de 3.400, y a Sidney, unos 5.000 pesos.
“Donde menos dinero pierde es en
el cabotaje, porque puede “defenderse” de la competencia prohibiendo su
crecimiento y hostigándola de mil maneras. Un caso claro es lo que ha venido
sucediendo con LAN. Sus pasajeros no sólo han sufrido demoras en la carga y
descarga de equipajes, sino que tampoco suelen disponer de la seguridad,
comodidad y celeridad del servicio de mangas. A tal punto ha llegado ese embate
que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) —que pareciera manejada
desde AA— le ha prohibido traer más aviones, es decir, le impide invertir,
competir y generar más puestos de trabajo en nuestro país”, sostiene el diario.
Y concluye: “Según el Gobierno,
Aerolíneas pierde porque vuela a todos los destinos, incluidos los poco
rentables. Sin embargo, sus rutas más complicadas son las internacionales,
mientras que, en el mercado doméstico, el problema radica donde tiene
competencia, pues cuando vuela sola o casi sin competidores, le va mejor, como
ya se dijo, a expensas de un monopolio que ahuyenta, proscribe y compite
deslealmente con las otras líneas aéreas”.
Fuentes: La
Nación, de 9/7/13, Clarín, de 13/7/13, y La Nación, de 14/7/13.