El dato sale a luz tras una serie
de accidentes que involucraron a los aviones de la Fuerza Aérea. El último
ocurrió el 14 de febrero en Santiago del Estero y tuvo como protagonista a un
cazabombardero A4-AR, y los pilotos se salvaron de milagro. Aunque los informes
finales no están disponibles, todos coinciden en que hubo una falla del motor.
Con esa baja, sólo quedan 7 de los 36 A-4AR Fightinghawk incorporados en 1997,
durante la presidencia de Carlos Menem.
De los 53 Mirage III comprados a
partir de 1968, apenas quedan 14 en el Grupo 6 de Caza de la VI Brigada Aérea,
con asiento en Tandil. La mayoría está en pésimas condiciones. No tienen radar
en servicio, lo que les impide interceptar aeronaves. Y solo vuelan con buenas
condiciones meteorológicas porque falla el “horizonte artificial” (ADI), un
instrumento que le permite al piloto conocer la posición relativa del avión en
el espacio. Los Mirage están en la mira desde 2007, cuando una tragedia opacó
una exhibición en Tandil. A partir de ese momento, diversos informes
recomendaron la desprogramación antes de 2014.
“El país no cuenta actualmente
con medios suficientes para desarrollar un verdadero control del espacio aéreo.
Seguir insistiendo con el uso de los aviones es suicida y criminal”, dijo a Clarín el diputado Julio Martínez (UCR),
autor del informe.
En el caso de los aviones de
entrenamiento, sólo hay 34 B-45 Mentor de los 90 originales, y 27 Embraer EMB
312 Tucano, que se encuentran en la mitad de su vida útil.
Fuente: Clarín, de 10/3/13.