Con mejoras en el interior de los aviones, en el entretenimiento, en el nuevo sitio web y los call centers integrados, la empresa apunta a que el cambio sea percibido por los clientes “como una superación de los standards operacionales” y no como una mera modificación del logotipo.
El adiós al nombre Taca se produce en un marco de expansión. Avianca-Taca tuvo 23 millones de pasajeros el año pasado, 27% más que la suma de los movilizados por las dos compañías al fusionarse en 2010. “El año pasado facturamos 4.000 millones de dólares, con un crecimiento de 11%”, dice Villegas. Articulada sobre cuatro hubs —que funcionan en Lima, Bogotá, San Juan y San Salvador—), la red agregó más destinos, sobre todo en Estados Unidos y Canadá, y se acerca a los 5.000 vuelos semanales.
Avianca pertenece al grupo Synergy, del colombiano-brasileño Germán Efromovich, y tiene 66% de las acciones, mientras Taca es propiedad del grupo Kingsland, de la familia salvadoreña Kriete.
“En los últimos años, ha habido un desarrollo comercial y de flujos de inversión importante dentro de Latinoamérica. Donde tradicionalmente había mercados nacionales segmentados, o a lo sumo dos bloques, uno del norte de Sudamérica más conectado con Estados Unidos, y uno del sur más conectado con Europa, ahora hay un panorama de integración mucho mayor, lo cual facilita el crecimiento”, dice Villegas, quien estima que la empresa crecerá 10% este año.
Fuente: Clarín / iEco, de 24/3/13.