De acuerdo con la propuesta, el plantel del personal de tierra pasaría de 2.735 a 2.256; los tripulantes, de 759 a 627, y los pilotos, de 313 a 258. Los empleados del primer grupo que permanezcan en Iberia se verían afectados por una reducción salarial de 7%, que llegaría al doble en los dos restantes.
“Pese a que siguen siendo insatisfactorias, las propuestas recogen elementos que para nosotros son muy valiosos”, consideró Manuel Atienza, vocero del sector aéreo de la Unión General de Trabajadores (UGT). Por su parte, el consejo de administración del IAG, surgido a partir de la fusión entre Iberia y British Airways, en enero de 2011, había decidido aceptar la referida propuesta del mediador el domingo de la semana anterior por la noche.
Según Atienza, la decisión estuvo influenciada por las dos semanas de huelga que llevaron adelante los empleados de Iberia, del 18 al 22 de febrero y del 4 al 8 de marzo, y la presión del gobierno.
Con todo, los empleados consideran que el plan de ajuste anunciado por IAG, que prevé una reducción del 15 por ciento en la fuerza laboral de Iberia, prepara el terreno para un desmantelamiento de la aerolínea en favor de su homóloga británica. La compañía española asegura que perdió más de 850 millones de euros entre 2008 y 2012 y anunció la suspensión, desde el 1 de abril, de varios vuelos deficitarios a América latina.
El acuerdo fue saludado por el gobierno español. En las vísperas de la firma del acuerdo, la ministra de Fomento, Ana Pastor, había destacado que “el sector aéreo y particularmente Iberia son muy importantes para el futuro de nuestro país, para el futuro en primer lugar de los trabajadores, pero también para el de nuestros aeropuertos y del turismo en España”.
Fuentes: Ámbito Financiero, BAE, El Cronista / Expansión (Madrid), La Nación / The Wall Street Journal Americas y Página 12, de 12/3/13, y Ámbito Financiero, de 14/3/13.
