Esta
fusión, valuada en 18.000 millones de dólares, es el último paso en el proceso
de concentración y consolidación del sector del transporte aéreo en Estados
Unidos, donde quedan tres gigantes —la propia American, United Continental y
Delta— y han desaparecido la mayoría de las aerolíneas medianas. Significa
también la salida de American de la bancarrota declarada en noviembre de 2011
para reducir costos operativos, especialmente laborales.
Según
el acuerdo de fusión, 72% de las acciones de la nueva empresa se distribuyó
entre los accionistas, deudores y algunos trabajadores de AMR (la compañía
madre de American), mientras que el 28% restante fue para los accionistas de US
Airways. Aunque las dos aerolíneas son ya legalmente una sola, el proceso de
integración de flotas, sistemas de reservas, operaciones y personal llevara aún
varios meses.
Hasta
el próximo 30 de marzo, US Airways continuará en la alianza internacional Star
Alliance, y un días después se integrará a la alianza OneWorld, de la que ya
forman parte American Airlines, junto con el grupo IAG (British Airways e
Iberia) y otras compañías aéreas.
La
nueva aerolínea ya ha encargado 60 aviones E175 a Embraer, por valor de 2.500
millones de dólares, con opción a hasta 90 unidades más, y 30 CRJ900 NextGen a
Bombardier, por 1.420 millones, con opción a adquirir hasta 40 aviones
adicionales.
Fuentes: Ámbito Financiero, BAE, El Cronista, La Nación /
The Wall Street Journal Americas y Tiempo Argentino, de 10/12/13, La Nación /
The Wall Street Journal Americas, de 13/12/13, y Clarín / Viajes, de 15/12/13.