“La Fundación aborda dos
dimensiones únicas de Wallenberg: el héroe y la víctima. Como héroe, fue un
modelo a seguir y por lo tanto, diseñamos programas educativos encaminados a
inculcar los valores de solidaridad en los corazones y las mentes de las
jóvenes generaciones. Como víctima, fue arbitrariamente encarcelado por los soviéticos,
para no ser visto nunca más. Apoyamos firmemente la idea de que las autoridades
rusas permitan un acceso fluido y sin restricciones a los archivos de la KGB.
Se trata de un paso fundamental para poner fin a esta tragedia humana”, afirman
Tenenbaum y Eurnekian.
Fuente: La
Prensa, de 18/9/13.