martes, 1 de octubre de 2013

Avianca, LATAM Airlines y Copa, tres fusiones para mantenerse a flote

Avianca, que en 2003 presentó una solicitud para acogerse al capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, experimentó un vuelto notable en la última década. Desde que en 2004 fue comprada por el empresario brasileño-colombiano Germán Efromovich, duplicó su flota e inauguró muchas rutas nuevas. El año pasado, llegó a la marca de 23 millones de pasajeros. “La idea era crear una aerolínea verdaderamente pan-latinoamericana para demostrar la nueva capacidad de la compañía de acercar lo mejor de la región al mundo”, afirma Fabio Villegas, director ejecutivo de Avianca.
En los últimos años, con la duplicación de la cantidad de pasajeros, las aerolíneas locales tuvieron la oportunidad de expandirse en la región, aunque se vieron presionadas por los costos del combustible y las tasas aeroportuarias, así como por un nivel de competencia más alto. Esto llevó a las compañías más grandes a fusionarse, sacar a flote sus acciones y modernizar sus marcas.
Avianca es titular de la nueva marca Avianca-Taca Holding, formada luego de la fusión con Taca de El Salvador en 2010. LAN y TAM, las aerolíneas más grandes de Chile y Brasil, se fusionaron en Latam Airlines Group luego de un acuerdo de canje de acciones de casi 3.000 millones de dólares. Mediante la fusión con los eficaces chilenos, TAM pretendía lograr una base financiera más sólida y una plataforma para introducirse en rutas internacionales, pero a un año de la operación se viven momentos difíciles.
Copa Airlines es la más chica de los tres grupos de aerolíneas que se consolidaron en la región. Tras empezar a cotizar en la bolsa de Nueva York en 2005, su socia estadounidense Continental United vendió su participación, conservando una alianza estratégica. Copa se concentró en convertir a Panamá en un centro rentable que une ciudades de toda la región, con 8 millones de pasajeros el año pasado y 90 aviones. “El propósito de Copa es conectar las Américas con las Américas”, sostiene Stanley Motta, quien, con otros inversores panameños, asumió el control de la compañía en 1986.
 
Fuente: El Cronista / Financial Times, de 30/9/13.