Cualquier viajero probablemente ha experimentado la turbulencia ocasionada por condiciones como la presión atmosférica, las corrientes de aire, los frentes fríos y cálidos o las tormentas; pero episodios más severos pueden lesionar a los pasajeros u ocasionar un daño estructural a los aviones. Según los autores del trabajo, esto causaría costos adicionales de alrededor de 150 millones de dólares anuales. Si las emisiones de dióxido de carbono se duplican hacia 2050, como pronostica la Agencia Internacional de Energía, la turbulencia será mayor y se producirá más a menudo.
Los científicos presentaron ante la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias su investigación, que se concentra en el espacio aéreo del Atlántico Norte, atravesado diariamente por más de 600 aviones que viajan entre Europa y América del Norte.
A partir del empleo de una supercomputadora para simular los cambios en el movimiento de las corrientes atmosféricas, detectaron que las posibilidades de enfrentar una turbulencia significativa habrán aumentado entre 40% y 170% hacia mediados de siglo.
Fuente: La Nación, de 9/4/13.