La nueva terminal se extiende sobre 6.000 metros cuadrados y en ella se invirtieron algo más de 24 millones de dólares. Se da prioridad al uso de energía solar, la reutilización del agua y el aprovechamiento de los vientos, entre otras innovaciones ambientales. Para su construcción, se tomó en cuenta el entorno ambiental y se buscó un bajo impacto sobre el ecosistema.
En diciembre, el argentino Ezequiel Barrenechea, presidente de Ecogal y director para Latinoamérica y el Caribe de Corporación América, había anunciado que se trata del “primer y único, por ahora, aeropuerto realmente ecológico y certificado Leed Gold”, otorgado por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos.
Fuente: La Prensa, de 30/3/13.