martes, 23 de abril de 2013

Dan curso en Estados Unidos a las nuevas baterías de ion-litio del 787

La Agencia Federal de Aviación (FAA, por su nombre en inglés) de los Estados Unidos aceptó los cambios propuestos por Boeing para las baterías de ion-litio de sus aviones 787. En consecuencia, las unidades actualmente paradas podrán volver a operar una vez que se han realizado esas modificaciones. Boeing aclaró que la medida alcanza a los 787 pertenecientes a aéreas estadounidenses, en tanto que los que están en poder de compañías extranjeras deberán esperar el visto bueno de las respectivas autoridades nacionales.
Unos 50 aviones de varias aerolíneas de todo el mundo quedaron en tierra a mediados de enero pasado a causa de dos incendios similares en los circuitos eléctricos a causa de problemas en esas baterías. El 787 es el primer avión comercial de gran tamaño construido con una gran proporción de materiales compuestos (polímeros reforzados con fibra de carbono), lo que unido a unos motores más eficientes le confieren un reducido consumo de combustible y un mayor grado de rentabilidad. Entraron en servicio en 2011, con tres años de retraso, debido a problemas en su desarrollo a raíz de su novedosa arquitectura.
El director de la FAA, Michael Huerta, informó que expertos de la agencia supervisaron “pruebas rigurosas” y “dedicaron semanas a repasar análisis detallados” para garantizar la seguridad del nuevo sistema. Se prevé que los reguladores en otros países sigan la pauta de la autoridad estadounidense. Pero la reanudación de los vuelos dependerá, en última instancia, de cada una de las ocho aerolíneas que operan los aviones. Por ejemplo, LAN, de Chile, espera tener de nuevo en el aire algunos de sus Dreamliners a fines de mayo, mientras que las dos aerolíneas japonesas que han recibido casi la mitad de los 787 en servicio, Japan Airlines y All Nippon Airways., no reanudarán vuelos antes de junio.
La orden de suspender los vuelos también detuvo las entregas de nuevos Dreamliners a otras aerolíneas, entre ellas varias latinoamericanas, retrasando así millones de dólares en ingresos.
Después de trabajar intensamente para persuadir a los reguladores que las baterías rediseñadas no presentan un peligro, Boeing ahora tiene que concentrarse en convencer a los clientes y pasajeros de que la aeronave es segura.
Boeing destinó inicialmente 500 ingenieros para identificar la causa específica del corto circuito en la batería interna y desarrollar una solución concreta. Pero el mal estado de las baterías incendiadas complicó la tarea.

Fuentes: La Nación / The Wall Street Journal Americas, de 17/4/13, La Capital (Mar del Plata), de 20/4/13, y La Nación / The Wall Street Journal Americas, de 22/4/13.